Un todo continuo

No. 02/15

Favorecer la integración armónica entre los ámbitos urbano, rural y natural, como un todo continuo, evitando la fragmentación paisajística… De eso se trata.

A finales del siglo pasado parecía que las ciudades más modernas y avanzadas eran las que semejaban ser verdaderas junglas de asfalto, cemento y cristal, al más puro estilo de los paisajes cinematográficos de las décadas de los setenta y ochenta de las que la mítica Blade Runner era principal paradigma. Es decir, lugares absolutamente desconectados del entorno natural y sin rastro de espacios verdes.

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Ridley Scott: «El reflejo de Hades», Blade Runner, 1982

La nueva centuria ha puesto en primer plano la preocupación por el medioambiente y, en consecuencia, las ciudades tratan de devolver al ser humano el protagonismo que siempre le debió corresponder. La persona es el centro y la unidad de medida de la ciudad; su bienestar, lo más importante.

El objetivo que hoy se plantean las ciudades más avanzadas es que cada ciudadano disponga de espacios verdes cercanos a los lugares donde vive o trabaja, respondiendo a su demanda de disfrute de la naturaleza, de prácticas saludables, de ocio y esparcimiento en general.

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Jane and Louise Wilson: Toxic Camara, Blind Landing Lab II, 2012

En este sentido es fundamental el trabajo de los expertos en políticas urbanísticas y ordenación del territorio, asegurando, por ejemplo, que los nuevos edificios y planificaciones incorporen medidas de «naturalización», es decir, plantación de más arbolado, creación de áreas ajardinadas, reverdecimiento de cubiertas y fachadas, o incluso, promoviendo huertos urbanos —no hay que olvidar que disponer de suelo agrícola periurbano ofrece la posibilidad de desarrollar una agricultura de proximidad poniendo en marcha prácticas respetuosas con el medioambiente—.

Pero no se trata solo de la generación de nuevos espacios o de la recuperación de los ya existentes. En la actualidad se busca la interconexión entre ellos, eso sí, a través de vías blandas o bulevares con sistemas de transporte preferiblemente no motorizados. Así es como han surgido los anillos verdes exteriores —y se han proyectado otros nuevos e interiores como el de Vitoria-Gasteiz—, o los corredores ecológicos —como el integrado en el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid—. Son los que se conocen como «infraestructuras verdes» para cuya promoción la Comisión Europea ha redactado una estrategia específica que abarca los ámbitos continental, regional y local.

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Jane and Louise Wilson: The Silente is Twice as Fast Backwards III, 2008

En definitiva, de lo que se trata en la actualidad es de favorecer la integración armónica entre los ámbitos urbano, rural y natural, como un todo continuo, evitando la fragmentación paisajística y favoreciendo la conservación de la biodiversidad de los ecosistemas.