Madrid es reconocida por sus bulliciosos restaurantes, pero detrás de cada uno de los deliciosos bocados que la ciudad nos ofrece, hay en el campo un diligente productor.
Madrid es una ciudad reconocida por sus chefs, sus restaurantes y sus mercados bulliciosos, pero mientras la gente se deleita con comidas deliciosas y productos cultivados con amor, debería pararse a pensar en los diligentes productores del campo. Estos expertos agricultores se ganan la vida produciendo alimentos de calidad y constituyen la verdadera columna vertebral de la próspera escena gastronómica de la metrópolis.
Colmenas de La Abeja Meli, Torremocha del Jarama, Madrid
Deberían ser conscientes que, por ejemplo, en la cuenca de un río que serpentea entre las montañas de Torremocha de Jarama, Luis Escudero de la miel La Abeja Meli, se asegura de que su colonia de trabajadoras estén contentas y bien alimentadas. Perteneciente a una tradición familiar de apicultores que se remonta a tres décadas, Escudero organizó sus propios enjambres en 2001 en una de las zonas más vírgenes de la campiña, un unténtico vergel de romero, tomillo y lavanda. Las condiciones prístinas de este oasis de gran altitud garantizan que la miel orgánica aquí producida sea tan pura como la montaña que la envuelve. Todo un deleite en los desayunos de los muy diferentes barrios de la ciudad.
Entorno de la Quesería Miraflores, Miraflores de la Sierra, Madrid
O incluso deberían saber que, la Quesería Miraflores, que toma su nombre de la población cercana, es un negocio familiar tan comprometido con la elaboración de un queso de calidad como con la creación de vínculos estables con la región. José Luis Santé dirige un equipo de expertos queseros que fabrican con esmero las ruedas a partir de leche de oveja y de cabra procedente de una granja situada en la Sierra de Guadarrama. Trabajando mano a mano con agricultores, distribuidores y empresas locales, se esfuerza por desarrollar una estrategia de producción de alimentos más sostenible. Su gama de especialidades mantiene una fuerte conexión con la tierra, de lo que su nombre y buen hacer son fiel reflejo.
Ternera de la Ganadería Raul de Lema, El Boalo, Madrid
O que un poco más cerca de la ciudad, en una pequeña llanura situada a los pies de la pedregosa sierra madrileña, la finca familiar de Raúl de Lema produce algunos de los mejores cortes de carne de la región. Los campos verdes proporcionan los excepcionales pastos para el preciado ganado. La familia ha estado trabajando esta tierra durante cuatro generaciones: Raúl siguió los pasos de su bisabuelo Hilario y en 1999 fundó oficialmente el negocio. Al tener su domicilio a unos pasos del pastoreo, el orgulloso agricultor y carnicero está perfectamente preparado día y noche para la crianza, de la que obtiene algunos de los productos más preciados por aquellos clientes que frecuentan los mercados del centro de la ciudad.
Así que, cuando entres a comer en uno de los restaurantes del centro de Madrid, cuando te sorprenda un bocado apetecible en un mercado pintoresco o disfrutes de una ración de queso curado junto a una copa de vino en el ambiente festivo de una taberna, tómate un momento para honrar a los incansables ejércitos que viven más allá de la periferia urbana: ellos se dedican a trabajar con esmero la tierra para que cada uno de nuestros alimentos sea lo más delicioso posible.