Turismo rural

Taleb Rifai

Junto a la rápida expansión del sector en las últimas décadas, el mapa del turismo internacional se ha diversificado de manera significativa, con muchas economías emergentes y en vías de desarrollo convirtiéndose en algunos de los destinos de mayor y más rápido crecimiento, con consumidores cada vez más sofisticados, con las nuevas tecnologías transformando los modelos de negocio, y con un incremento de la diversificación de la oferta. En este contexto, el llamado «turismo rural» se ha convertido en una auténtica oportunidad tanto para visitantes como para comunidades de acogida.

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Mar Rojo, Mar Arábigo, Golfo Pérsico, 23 diciembre 2012. Suomi NPP Salellite, NASA

Con más de mil millones de turistas internacionales viajando por el mundo y una estimación de seis mil millones que viajan por turismo interno cada año, el sector es hoy clave en la economía mundial, representando casi el 10% del PIB mundial, el 6% de las exportaciones totales y uno de cada 11 puestos de trabajo en todo el mundo.

Junto a la rápida expansión del sector en las últimas décadas, el mapa del turismo internacional se ha diversificado de manera significativa, con muchas economías emergentes y en vías de desarrollo convirtiéndose en algunos de los destinos de mayor y más rápido crecimiento, los consumidores siendo cada vez más sofisticados, la tecnología cambiando los modelos de negocio y con un cemento de la diversificación de la oferta.

En este contexto, el llamado «turismo rural», o el turismo que ofrece la cultura rural, como un componente clave de la experiencia del visitante, propone múltiples beneficios tanto para los visitantes como para las comunidades de acogida.

Skógafoss, Islandia

Treehotel, Harads, Suecia

Ofrece a los visitantes una idea del ambiente físico y humano de las zonas rurales, el contacto personalizado y la participación en las actividades, tradiciones y estilos de vida de la población local, que sirve no sólo para construir vínculos más estrechos entre los turistas y las comunidades de acogida, sino también a la sensibilización de la necesidad de protección y conservación del medioambiente.

Por otra parte, fomenta el desarrollo regional de múltiples maneras, a través de la creación de empleos y oportunidades de generar ingresos para la población local, el consumo de sus productos y servicios, y la mejora de las infraestructuras e instalaciones. Debidamente planificado y gestionado, el turismo rural puede también ofrecer medios de vida sostenibles para los segmentos tradicionalmente desfavorecidos de la sociedad, como las mujeres y los jóvenes.

Además de puestos de los trabajo creados directamente a través del sector, el gasto del visitante puede contribuir indirectamente a generar empleo en otras actividades debido a su efecto multiplicador. A modo de ejemplo, cuando los turistas gastan en bienes y servicios locales, impulsan la economía y crean oportunidades tanto para las pequeñas empresas y como los oficios más artesanales. El turismo puede mejorar así la calidad de vida de la población de acogida al mantener actividades que de otro modo no pueden ser viables.

Viñedos de la Ribeira Sacra, Lugo, España

Palloza de O Cebreiro, Lugo, España

Por otra parte, el referido como «agro-turismo», un segmento del rural, define todas aquellas actividades turísticas que se desarrollan en una gran o basadas en la agricultura. Permite a los agricultores diversificar sus actividades al mismo tiempo que ponen en valor su producto.

En algunos países europeos, un porcentaje considerable de granjas ofrecen algún tipo de alojamiento turístico. En España, por ejemplo, un país con un orgulloso patrimonio rural y etnográfico, los turistas pueden encontrar alojamiento en el campo en una «casa rural» o «casa de campo», y experimentar diferentes tradiciones de la vida agropecuaria que difieren de una región a otra. Los visitantes pueden obtener una experiencia única de inmersión en la cultura local, como practicar actividades de labranza, alimentar animales o simplemente disfrutar de paisajes agrestes.

Para mejorar su impacto socio-económico, el desarrollo del turismo rural debe centrarse en la creación de capacidades en las comunidades locales, en particular los jóvenes y las mujeres, con el fin de ayudarles a obtener empleo en las empresas afines al sector, suministrar bienes y servicios tanto a los visitantes como al tejido empresarial relacionado, y fomentar el emprendimiento.

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Skógafoss, Islandia

La estrecha colaboración entre los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil es de suma importancia para que el sector del turismo contribuya al desarrollo de las zonas rurales. De acuerdo con esto, los gobiernos pueden canalizar los impuestos y tasas turísticas hacia nuevos proyectos de infraestructuras e iniciativas de desarrollo. Proporcionando una legislación que promueva el empleo local y vínculos con otras actividades productivas locales, la promoción de incentivos a la inversión, así como el desarrollo de capacidades para la población local, se puede lograr un aumento de las tasas de empleo locales.

Con una estrategia clara y un marco regulatorio para el desarrollo del turismo en las zonas rurales, la promoción de destinos entre potenciales inversores , se pueden atraer nuevas inversiones para ayudar a desarrollar el sector, crear más empleo y obtener los ingresos los ingresos necesarios que lo hagan sostenible.

Como segmento floreciente, el turismo rural tiene un inmenso potencial para el desarrollo sostenible de sus dimensiones sociales, económicas y medioambientales, que ofrece oportunidades invaluables para visitantes y anfitriones por igual, y plasmando, en definitiva, el papel transformador del sector turístico, aquel que impulsan el desarrollo inclusivo, la comprensión multicultural y la transformación social.